Pues la verdad es
que nadie sabe qué aspecto tenía el que fuera gran genio de la música. Cuando
falleció a la temprana edad de 36 años, se realizó una máscara funeraria como
era costumbre pero, según parece, fue destruida por su viuda Constanze y su
segundo esposo. Con ello desapareció toda aproximación a sus verdaderos rasgos.
Solo pasados más de veinticinco años de su muerte, la pintora Barbara Krafft quiso
hacer un retrato aproximado del músico. Basándose en los testimonios de quienes
lo conocieron, sumados a los recuerdos de su cuñado Lange (que hizo un dibujo
inacabado) y las aportaciones de su hermana Nannel, la pintora, que era hija de
Steiner pintor de cámara de la Familia Imperial plasmó una imagen aproximada,
obviando los ojos saltones y las marcas de viruela del rostro. Desde entonces
ese fue el retrato 'oficial' Mozart, hasta que en Sazlburgo (ciudad que siempre
odió) un pastelero creó unos suculentos mazapanes y bombones con la supuesta
imagen del compositor. Si Mozart despertara...