"El alcohol me hacía más atractivo"...
Comenzando este febrerillo loco y pandémico, ha muerto este famoso actor canadiense. Se cayó en su casa de Connecticut, lo que le provocó un derrame cerebral, teniendo en cuenta su longevidad (91 años). En su haber están cerca de 200 películas, además de musicales y teatro, en el que se consagró como especialista en personajes de Shakespeare, que además le dirigió Lawrence Olivier. De los escenarios teatrales y también de Broadway, pasó al cine. Entre otros papeles, protagonizó el capitán Trapp en "Sonrisas y lágrimas", película que le dio la fama, y que han puesto por la tele cientos de veces. A raíz del éxito se extendió su fama pero el alcohol le iba haciendo mella. Consideraba que el beber le hacía más atractivo, más seductor, hasta que su tercera esposa la actriz y bailarina Elaine Taylor, le puso una condición: que lo dejara si se casaba con ella. Y así transcurrieron cincuenta años de matrimonio a pesar de la diferencia de edad que les separaba. Tuvo tres nominaciones al Oscar y a los ochenta y dos años años le llegó el ansiado trofeo. Claro que por entonces ya contaba con un buen número de galardones.
