SERGUEI EINSENTEIN
La maldición de un genio del cine.
El 11 de febrero de 1948 murió súbitamente a causa de una hemorragia cerebral, solo tenía 50 años. Había sido un hombre polifacético, había estudiado arte, era ingeniero y hablaba idiomas, además era preciso en el dibujo. Se sumergió en el arte de la cinematografía, donde se doctoró en nuevas técnicas como el montaje, aspectos que plasmó en sus libros. Su gran influencia aún sigue vigente en el cine europeo y americano. A pesar de aterrizar en la meca del cine de Hollywood, con tres películas en su haber: La Huelga, El acorazado Potemkin (su obra maestra) y Octubre, no encajó bien en ese mundillo. Le empujaron a trasladarse a México donde, para empezar, fue arrestado con sus acompañantes. De un lado a otro, tras el maltrato vinieron los honores y empezó la filmación de "Viva México" que abruptamente quedó inacabada por falta de patrocinio. Desencantado volvió a Rusia, donde la censura estalinista se cebaba en su arte y en su persona. Harto de la situación, dejó de hacer películas cuando empezaron las protestas contra su más ambicioso proyecto: "Iván, el Terrible", de la que solo terminó la primera parte, porque los mandamases soviéticos consideraron que se trataba de una crítica de la figura de Stalin. ¡Un nuevo triunfo para la camarilla servil de ignorantes y paniaguados".