100 AÑOS DE UN MÍTICO PERFUME
"Que sea de olor a mujer, no a rosas".
En el MOMA en Nueva York, desde 1939, se expone el perfume Chanel Nº5. Es el único museo que lo exhibe como si de una obra de arte se tratara. Gabrielle "Coco" Chanel, que a la sazón también fue espía de los nazis, pidió en 1921 a su perfumista Ernest Beaux, nacido en Rusia pero de orígenes franceses, que ideará un producto que fuera "esencia de mujer". El secreto quedó bien guardado, salvo para los que trabajan en la empresa. Al principio los cien frascos que contenían el nuevo perfume, solo eran regalados en Navidad a los mejores clientes de la casa. Pero la demanda fue un éxito sin precedentes que se ha mantenido hasta la actualidad. Durante la II Guerra Mundial, los soldados acantonados en París compraban el perfume para sus esposas o novias. Quizás influyó definitivamente la anécdota de Marilyn Monroe cuando contó que su único pijama para dormir, eran unas las gotas de Chanel nº5.