CUATRO SEPULCROS PARA EL CID
Este mes de julio, se cumplen cien años de un acto solemne que tuvo lugar en la catedral de Burgos. Un acontecimiento histórico presidido por Alfonso XIII y demás prohombres del reino, en el que se procedió al entierro del legendario personaje medieval Rodrigo Díaz de Vivar y de su esposa Jimena. Se había construido un nuevo mausoleo, donde albergar la urna con los restos, que depositó en la cripta el infante Fernando. Como no se hizo un estudio antropológico, se sospecha que dichos restos estaban incompletos. El monasterio de Cardeña había sido durante siglos el guardián de los dos famosos los esposos, tras su traslado desde Valencia, pero durante la Guerra de la Independencia quedó todo destrozado, incluido el sepulcro que Alfonso X "El sabio" mandó construir con figuras yacentes pintadas. El expolio fue tal, que tres personajes de alta prosapia francesa, comandados por Napoleón, se repartieron los huesos, como si de un souvenir se tratara. Por eso el Cid, que solo pisó en su tiempo, como guerrero o como mercenario, la península, permanece todavía hoy en parte en tierra extraña, quizás en alguna colección particular o en algún recóndito museo.