ANA DE AUSTRIA Y LA SOPA PODRIDA
En estos días invernales de frío y de nieve, nunca se rechaza una buena sopa caliente con sus diversos condimentos y variantes. Se cuenta que fue Ana de Austria, quien puso de moda en París la "sopa podrida" y desde entonces, en una buena mesa a la francesa, nunca faltó "Le Pot au feu", con sus garbanzos y sus magras. Se tomaba a diario, impuesta por la hija de Felipe III y madre de Luis XIV (el futuro Rey Sol). Obligada a casarse con un rey débil y pusilánime, como era habitual en aquellos tiempos, aguantado a la vez a una suegra insoportable, supo adaptarse a una corte extraña, que la consideraba una advenediza. Se cree que la olla podrida tiene en realidad su origen en la "adafina", un potaje del siglo XV de tradición sefardí. El ritual era de tres vuelcos: primero el caldo, luego los garbanzos con las verduras y por último las carnes, para calentar el cuerpo. La verdad es que recuerda mucho al cocido madrileño.