martes, 9 de marzo de 2021

 FORTUNÉ

"Si mi perro no duerme en esta cama, tampoco lo haré yo".

Se trataba de un perro carlino, muy popular en la Francia del siglo XVII. Josephina Beauharnais, una criolla nacida en la Isla de la Martinica, tuvo uno, regalo de su primer esposo: el vizconde De Beauharnais, y lo llamó Fortuné. Estando ambos en la cárcel de Les Carmes, a causa de la Revolución, el perrillo les sirvió de enlace para comunicarse llevando cartas en el collar. Pasados los años, Josefina se casó con Napoleón, pero éste no apreciaba demasiado a Fortuné que siempre le gruñía. En la noche de bodas (9 de marzo), se desató una tremenda disputa, porque al perro, consentido y mimado, quiso meterse en la cama de su ama. Napoleón intentó expulsar al carlino con tal mala fortuna, que le mordió en sus partes íntimas. Tal fue el enfado del emperador que Josephina le espetó la frase arriba señalada, aunque acabaron sellando un pacto. Cuando Napoleón visitaba los aposentos, supuestamente repuesto de tan dolorosa mordedura, el perro se quedaba en el balcón.