CRISTINA DE DINAMARCA
"... los franceses no me tienen demasiada estima"
"... los franceses no me tienen demasiada estima"
Una hermana de Carlos V, llamada Isabel, fue comprometida en cansamiento (lo usual en la época), con Christian de Dinamarca, que a la vez reinaba en Suecia. El matrimonio no fue tan perfecto como se esperaba, porque sufrió las constantes injerencias de la amante y de la madre del esposo. De ese casamiento nacerían dos hijas: Cristina y Dorotea, que fueron educadas por Margarita de Austria al morir Isabel. Con el tiempo Cristina, que intentaría recuperar los territorios en discordia de su padre, impulsaría la conocida popularmente como paz de Cateau-Cambrésis. Viendo que las hostilidades entre Francia y el Imperio no cesaban, en una guerra cada vez más desastrosa, en la primavera de 1559 consiguió que las delegaciones de España, Francia e Inglaterra, se reunieran en Cateau-Cambrésis. Ella estaba a la cabecera de la mesa, y a pesar de lo fatigoso que resultó, asistió a todas las sesiones. En abril consiguió la paz, aumentó su popularidad y regresó a los Países Bajos, pero Felipe II no la nombró gobernadora porque no confiaba demasiado en ella, pese a sus éxitos diplomáticos.