sábado, 25 de abril de 2020

EFEMÉRIDES MUSICAL

EL MECHÓN DE BEETHOVEN

En éste 2020 se celebra por todo lo alto el "año jubilar" de un gran genio de la música. Ludwig van Beethoven nació en Bonn, un día de diciembre de 1770. Como era habitual en la época, su natalicio tuvo lugar en la casa paterna de la calle Bonntasse. Se conserva el registro de la fecha de su bautismo, el 17 de dicho mes, en la iglesia de San Remigio. Por todo ello la ciudad alemana, fue la encargada de prender la mecha del cohete conmemorativo. Le siguió Viena la "capital de la música" y Bonn, que antaño era una pequeña ciudad del arzobispado de Colonia, siendo su gobernador el príncipe-elector Maximiliano Francisco, hermano de José II y de María Antonieta. De más baja estirpe, los abuelos del futuro genio provenían de Flandes. El abuelo paterno fue director y maestro de capilla de un anterior príncipe-elector de Colonia, y se dedicó a las tareas musicales. Le siguió el padre, Johann, que fue un músico de bastante nivel que inculcó a sus tres hijos sobrevivientes una sólida formación musical, aunque solo destacaría Ludwig a base de palizas, sometimiento y odio. Fortaleza y enfermedad se combinaron en el Beethoven adulto que, residiendo definitivamente en Viena dejó un legado inmenso y universal. Una costumbre de la época, la de cortar y conservar un mechón de pelo del difunto, ha servido para demostrar, a través de análisis, la cantidad de plomo que acumuló su cuerpo a lo largo de su vida, a través del vino blanco barato, y los numerosos males que le aquejaron, sin olvidar su profunda sordera. Hicieron bien los programadores culturales en organizar los actos conmemorativos cuando aún no se veían a lo lejos los negros nubarrones de la pandemia global, porque lo que es ahora...

viernes, 24 de abril de 2020

ECOS DE UN IMPERIO

UNA GALLINA  DE PASEO

En estas semanas de confinamiento ha habido personal para todo, con tal de romper la encerrona o no acatar las normas impuestas por la autoridad. En caso de ser el afortunado dueño de una mascota, se puede salir a la calle no yendo demasiado lejos de la vivienda habitual. Las necesidades perrunas (mayormente) no se pueden evitar y al incordio de estar en casa no podía sumarse el alivio del animalico sobre la alfombra o el sillón preferido. En estas, a alguien se le ocurrió la ingeniosa idea de salir a pasear con una gallina alegando  su condición de mascota, y esto nos viene nada menos que de tiempos de los romanos. Por aquél entonces estas aves de corral eran blancas y se les consideraba como a las vacas en la India, con un respeto reverencial. Cierto día apareció uno de estos ejemplares atrapado por las patas de un águila que, sobrevolando la finca de los ancestros de Livia, esposa de Augusto, la depositó en el patio. La gallina,  de una esplendorosa blancura llevaba en el pico una ramita de laurel. El asombró cundió por todas partes, el laurel se plantó y de él se obtenían las coronas de los emperadores, mientras que el patio fue un santuario para las descendientes de la primera gallina blanca (no la la popular marca, sino las de este color). Hasta puede que de ello surgiera la costumbre de saludar a los mandamases con el popular "ave César" que vemos en las películas de romanos.

viernes, 10 de abril de 2020

CINE Y RECUERDOS

OCHENTA AÑOS DE REBECA

En marzo de 1940, se estrenó esta mítica película que, además, daría nombre a una chaqueta con botones y sin cuello. Daphne De Maurier escribió una novela ambientada en la mansión de Manderley, donde en un ambiente tétrico y oscuro se desarrolla la historia de una pareja, los De Winter.  Selznick el productor de cine, entusiasmado por la historia, compró los derechos del libro a De Maurier, que cosechó un enorme éxito en su tiempo. A su vez lo leyó Alfred Hitchcock que, recién aterrizado en Hollywood, fue contratado por el productor como director. La simbiosis entre Selznick e Hitchcock fue total. Los actores del drama, después de que Ronald Colman lo rechazó, al considerar que su papel era secundario y la negativa de la Warner a ceder a la actriz Olivia de Havilland, con la que además tenía líos judiciales, supusieron grandes inconvenientes. El desacuerdo también sobre protagonizarla Vivien Leigh, obligó a aceptar a Joan Fontaine, que tenía 22 años y un rostro asustadizo que venía que ni pintado para el drama. Le acompañó Lawrence Olivier, afamado actor de teatro británico. Ochenta años después el film no ha perdido su esencia gótica, con su ama de llaves al acecho, y ha dado nombre universal a una prenda, que dicho sea de paso, viene divinamente para las noches fresquitas.

sábado, 4 de abril de 2020

EL TELÉFONO MÓVIL

UN GRAN INVENTO QUE FACILITA (UN POCO) LAS COSAS

Con el confinamiento en casa por la pandemia del Covid 19, parece como si el teléfono fijo volviera a resurgir. Desde que se inventó, se introdujo poco a poco en todos los hogares, de tal forma que hasta llegaron a multiplicarse por dos, tres o más, según la categoría y superficie de los pisos del personal. Los inalámbricos de corto alcance le hicieron la competencia sin demasiada fortuna. Pero con el tiempo, el desarrollo de las tecnologías hizo posible lo que hoy llamamos móvil y en otros lugares celular, para negocios, confidencias, parloteo y comunicación en general, que hoy han llegado a invadir no solo la esfera privada, sino también la comercial e informativa. ¿Qué perspectiva televisiva tendríamos ahora mismo, sin la cobertura de los móviles? Resultan también un gran paso adelante para las personas que, como yo, tienen problemas sensoriales. Ante la dificultad que representa atender una llamada a quienes padecen de sordoceguera en un grado elevado, surge ahora la posibilidad, por ejemplo, de que quien te hace la llamada utilice un texto escrito, mientras que quien responde lo haga oralmente. En fin que poco a poco vamos alcanzando nuevas cotas. Como canta la célebre zarzuela "hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad". Bien está, aunque todavía sigue existiendo una enorme dificultad para comunicarse en todos los ámbitos con quienes presentamos serios problemas de audición, y no digamos si hablamos de sordoceguera.