jueves, 21 de mayo de 2020

HAY QUE COMER DE TODO

ALFALFA PARA LA REINA

Desde hace vaya usted a saber, en las enormes planicies del Castillo de Windsor, tiene lugar la importante celebración de la fiesta de los caballos y de los estrambóticos sombreros femeniles. Pero ¡ay!, para disgusto de su Graciosa Majestad (la nonagenaria Isabel II), el acontecimiento puede suspenderse por la letal pandemia. Es una pena porque se trata de una de las pocas alegrías que de vez en cuando le dan sus sementales predilectos a la reina, cuando ganan alguna carrera y posan con orgullo caballuno. Por cierto, la exquisita alfalfa que comentamos no es, por supuesto, para la soberana, sino para sus equinos, siempre de la mejor calidad, cosechada y empacada en un pueblo de Teruel. Una buena ración deja a los habitantes de las reales cuadras con lustre, y pedigrí, para envidia de otros congéneres. Aunque la selecta importación, esté amenazada por temibles brexits y coronavirus, que quizás retrasen la entrega. ...Y ya se sabe, sin la "poción mágica" la cosa pinta solo regular.