jueves, 2 de julio de 2020

FUE TAL DÍA COMO HOY

 "ME VOY CON GLORIA"


Cuentan que James Stewart pronunció  esta frase el fatídico dos julio en que murió. Gloria fue el gran amor de su vida, mantenido firme durante más de cuatro décadas compartidas con sus gemelas y los hijos de un anterior matrimonio de ella. Él había sido una celebridad del Hollywood clásico. Venía de una familia presbiteriana que no comprendió que su hijo decidiera marchar con un grupo de teatro a Nueva York, donde conocería a Henry Fonda. La  oposición de su padre, que lo tenía como modelo de hijo y que deseaba que continuara el negocio de la ferretería, no pudo con su vocación de actor. Era un tipo tímido, inseguro, que balbuceaba, pero la Metro-Goldwyn-Mayer vio en él un indudable talento y le contrató. Los papeles importantes vendrían poco a poco y, finalmente, el Oscar. En la Segunda Guerra Mundial, quiso alistarse como piloto de cazabombarderos, deseo que a duras penas consiguió, por su extrema delgadez. Héroe de guerra, le quedaron traumas que supo silenciar. Frank Cappa lo llamó para "Que bello es vivir" y todo volvió a su cauce. Hichtcook dijo de él "que nunca podría hacer de asesino", pero le dio papeles estelares en los que volcó su alma torturada. El cine y los negocios llenaron el resto de su vida. Con el tiempo se fue quedando sordo y apartado del trabajo, pero su celebridad resulta esencial para comprender la historia del cine.